
Olores de Martes Santo
Los prismas de la Semana Santa de Andalucia Bien es cierto que por muchos ha sido tildado como el día victoriano por antonomasia, algo que no discuto, pero podríamos llamarlo un día de cofradías de barrio.

¿Qué decir de Nueva Esperanza? Un barrio totalmente entregado al Nazareno del Perdón y María Santísima de Nueva Esperanza. Un buen puñado de kilómetros de recorrido y un buen puñado de razones para seguir muy de cerca el paso de esta hermandad que, año tras año, nos sorprende como una novedad. Interesante será que acudamos a ver la primera salida de los titulares desde la casa hermandad, un proyecto que ha visto culminado el sueño de los hermanos de este popular barrio hace tan sólo unos meses. Atrás queda el tinglao instalado en el mismo lugar donde ahora se asientan los cimientos de esta gran casa hermandad que con un titánico esfuerzo han conseguido culminar en un tiempo récord.
Pero esta noche de Martes Santo, no miren al cielo, no busquen ninguna estrella. Ninguna brillará más que la Estrella que tenemos en nuestra Málaga, justo en el barrio de El Perchel. Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón, junto a María Santísima de la Estrella, recorrerán las calles de Málaga sobre los dos tronos más antiguos que se procesionan en nuestra Semana Mayor.


Bien entrada la madrugada, cuando la Hermandad de Nueva Esperanza culmine su recorrido habrá terminado la jornada. Atrás quedarán miles de recuerdos, miles de vivencias y miles de sentimientos que quedarán por siempre en nuestra memoria. Será entonces cuando dejemos de pensar en esos pequeños detalles estéticos en los que muchos hemos estado debatiendo si eran o no eran una pérdida de identidad, porque los cofrades tenemos miles de cosas más importantes en qué preocuparnos.

Será el momento de sacar el estropajo, de limpiar la cera y de pensar en trabajar día a día, minuto a minuto, en el próximo Martes Santo. Entonces llegará la hora de demostrar que no somos cuaresmeros, ni semanasanteros; sino cofrades, que durante las cuatro estaciones del año trabajan bien duro para que días como los que acaban de terminar salgan a pedir de boca. Es hora de poner en alza la identidad del cofrade, de acotar un término que en ocasiones puede ser confundido o malinterpretado. El auténtico cofrade es el que limpia la plata, el que no mira el reloj a la hora de darlo todo por sus sagrados titulares, el ambiente que se respira en la albacería, posiblemente el corazón que bombea la sangre que corre por las venas de la Semana Santa.
Hoy celebramos Santa Inés de Montepulciano!!!!!

Nació en Montepulciano, (Italia) en 1268 y fue una de las figuras más brillantes de la Orden de Santo Domingo.
A los 9 años obtuvo que sus padres (que eran de una de las principales familias de la ciudad) la dejaran irse a vivir a un convento de religiosas. Allí su seriedad y su comportamiento tan inteligente le atrajeron de tal manera la confianza de las superioras que cuando apenas tenía catorce años la encargaron ya de la portería del convento y de recibir las visitas.

Y sucedió por aquellos tiempos que las gentes de Montepulciano dispusieron crear unas casas para religiosas. Pidieron que les fuera enviada como superiora del nuevo convento la joven Inés, cuya santidad ya era notoria en todos los alrededores. Ella siendo tan joven, aceptó el cargo porque confiaba en que Dios le iba a ayudar de maneras sorprendentes. Y así sucedió.Ines de Montepulciano
Estaba Inés pensando a qué comunidad religiosa debia ella confiar a las monjitas de su nuevo convento, cuando una noche en una visión se le aparecieron en el mar muchas barcas con distintos patronos, invitándola a navegar en ellas. Pero una barca tenía por piloto a Santo Domingo de Guzmán y este santo le decía: "Es voluntad de Dios que tú viajes en la barca de la Comunidad Dominicana". Desde entonces se propuso afiliar a sus religiosas a la Comunidad de padres Dominicos. Y así ella llegará a ser una de las glorias de esta comunidad, y lo mismo lo será su gran devota, Santa Catalina de Siena.
Desde muy joven ayunaba casi todos los días y dormía en el duro suelo y tenía por almohada una piedra. Después la salud se le resintió y por orden del médico tuvo que suavizar esas mortificaciones. San Raimundo cuenta que Dios le permitía visiones celestiales, que un día logró ver cómo era Jesús cuando era Niño. Otra vez estando la despensa del convento desprovista y no habiendo alimentos para las monjas, ella rezó con fe y la despensa apareció llena de comestibles. La veían levantada por los aires mientras le llegaban los éxtasis de la oración. Un ángel se le apareció ofreciéndole un cáliz de amargura y le dijo: "Como Jesús, en esta tierra tendrás que beber el cáliz de la amargura, pero para la eternidad te espera la corona de gloria que nunca se marchita".

San Raimundo cuenta que muchos testigos le declararon haber presenciado hechos milagrosos en la vida de Santa Inés.

Cuando estaba moribunda, oyó que sus religiosas lloraban y les dijo emocionada: "Si en verdad me aman, alégrense de que voy al Padre Dios a recibir su herencia eterna. No se afanen que desde la eternidad las encomendaré siempre".
Murió en el mes de abril del año 1317 a la edad de 49 años, y en su sepulcro se han obrado muchos milagros.
Oración

Que nos contagie Inés de su gran amor por Jesús Crucificado.
Fuentes:
Iluminacion Divina
Santoral Catolico
David Gómez Camuñas
Angel Corbalan
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